La historia está
plagada de injusticias, incluso la de los descubrimientos geográficos.
Durante muchos años se dió por bueno que el primer
occidental que alcanzó las fuentes del Nilo Azul había
sido el escocés James Bruce, en la segunda mitad del siglo
XVIII. Sin embargo, la altiplanicie etíope ya había
sido explorada por los viajeros y colonizadores portugueses casi
dos siglos antes. A principios del siglo XVI ya existían
varios asentamientos portugueses en la costa africana del Indico,
y uno de ellos, el de Massawa, permitió organizar expediciones
a la meseta etíope compuestas por soldados y misioneros,
en concreto jesuitas. Pues bien, sería uno de éstos
últimos quien en 1618 alcanzó las fuentes del gran
río e incluso lo describió en un libro. Se llamaba
Pedro Páez
y usaba el portugués como lengua habitual, pero había
nacido en un pueblo madrileño, Olmeda de las Cebollas,
(el actual Olmeda de las Fuentes). Cuando llegó a Etiopía
procedía de Goa, la colonia portuguesa en la India donde
había una comunidad de jesuitas muy importante, lo que
explica su utilización de la lengua lusa. El viaje a Etiopía,
en principio de carácter religioso, estaba cargado de un
interés estratégico. En aquellos tiempos Felipe
II, que había heredado el reino de Portugal, intentaba
ganarse el favor del emperador etíope, del que se sabía
que profesaba una versión antigua del cristianismo, para
lograr una alianza que cercase por el sur al imperio turco.
Los
avatares del viaje desde Goa a Etiopía, el carácter de Pedro
Páez y su ímpetu viajero, así como sus grandes conocimientos
en diversas artes y habilidades (ingeniería, lenguas, diplomacia...)
están descritos minuciosamente y de manera amena en este libro del
conocido escritor Javier Reverte. Todo ello enmarcado en su contexto histórico
de modo que puedan entenderse las razones de la presencia de un español
en Etiopía en el siglo XVI, los complejos intereses y cálculos
que justificaban la misión, así como el desarrollo de los
acontecimientos en el reino africano con posterioridad a la llegada de los
misioneros.
Reverte, quien ha visitado
Etiopía en varias ocasiones recorriendo los lugares en los que vivió
Pedro Páez, presenta un mosaico de lugares, acontecimientos y vivencias
con los que seguir la existencia del jesuita como una gran aventura. A través
de las páginas del libro, el gran país africano ejerce sobre
el lector un magnetismo cargado de referencias históricas y geográficas
casi míticas, como las cataratas del gran río o el peculiar
lago Tana. La narración no olvida relatar el contexto político
y social de la Europa contemporánea.
Añade además
Reverte a lo largo de todo el libro una justa reivindicación del
gran personaje que fue Páez, ignorado en todo compendio historiográfico
español, así como de su obra histórica, titulada "Historia
de Etiopía" y aún inédita en nuestro país.
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“Dios,
el diablo y la aventura”
de: Javier Reverte
Mondadori De Bolsillo
Barcelona 2001.
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