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LAS PRADERAS DE ORO

EL AUTOR

Mas’udi nos cuenta de si mismo que nació en Bagdag y que viajó hasta lo que hoy sería Pakistán, África del Este, sur de Vietnam, China y Sumatra. También anduvo por tierras más cercanas a su país de origen, como Armenia, Azerbayán, Siria o Egipto. Y todo eso entre los años 896 y 956 de la era cristiana, cuando los viajes eran, ciertamente, menos fáciles que ahora.

Y la pregunta es si aparte de viajar le dio tiempo a hacer algo más en su vida. Y parece que sí, porque escribió más de veinte títulos, entre ellos una obra en 30 volúmenes llamada “La historia del tiempo”, que debía ser una especie de historia universal hasta el momento mismo de su escritura, y del que sólo se conserva el manuscrito de uno de los volúmenes en Viena. Más tarde lo completó con el “Libro del Centro”, del que tampoco quedan muchos rastros.

Afortunadamente realizó una tercera versión que es la que ha llegado hasta nosotros, con el título “Las praderas de oro y las minas de piedras preciosas”.

LA OBRA

La edición que yo he manejado es una versión abreviada publicada en inglés, en la que se acorta hasta el título, dejándolo en “Las praderas de oro”. Al parecer hay una traducción completa en francés y árabe por la Sociedad Asiática de Paris entre 1861 y 1877. En español no he conseguido localizar nada en el ISBN.

Si en “Cien años de soledad” el mundo era tan joven que las cosas no tenían nombre todavía, en la narración de Mas’udi existen los nombres, pero no son los mismos que nosotros conocemos y hay que llevar a cabo un interesante ejercicio de aproximación para saber quiénes serán esos gallegos que ocupan las fronteras de Al-Andalus, cuya capital está en Zamora y que tienen un rey llamado Ramiro que pelea contra Abd al-Rahman ibn Muhammad. Es otra de las ventajas de este libro, que nos hace contemplar las cosas desde otro punto de vista.

Y después de los gallegos, vienen los francos, los lombardos, los hombres del norte, los eslavos, los jázaros y los búlgaros antes de llegar a las puertas de hierro del Cáucaso. Y también nos habla de todo oriente próximo, de Egipto y de los nubios y de la India, y del Tibet y de Cachemira, y de la Ruta de la Seda, hasta llegar a detallar los siete mares:

“El Mar de Persia empieza en la región de Basra, al-Ubulla y Bahrayn, justo después de las torres de vigía de Basra. Después viene el Mar de Larwi, que baña las ciudades costerasde Saymur, Sopara, Tana, Sandan, Cambaya y otros puertos de la India y de Sind. Luego viene el Mar de Harkand, luego el Mar de Khalabar, que es el mar de Kahla y las islas. Después sigue el Mar de Kanduranj, después el Mar de Sanf y finalmente el Mar de China, o Sanji, que es el último de todos”. Una ya no sabe si está ante una descripción geográfica real o ante los mundos imaginarios de una novela de fantasía.

El libro no contiene sólo descripciones de las tierras y las gentes que las ocupan; también incluye relatos más o menos míticos, con el matiz de que para él son exóticos pasajes para nosotros tan conocidos como el hallazgo de la Cruz por parte de la emperatriz Elena. Es interesante esa “otra mirada”, sobre todo porque Mas’udi no parece haber sido un musulmán intransigente y alude, sin mayor problema, a las religiones que profesan los distintos pueblos.

LA COLECCION

En una página como “Viajes y Viajeros” no podemos dejar de felicitarnos por la aparición de esta serie “Grandes Viajes” dentro de la colección de clásicos de Penguin. Desde Herodoto hasta Kapuscinsky por orden cronológico, y con un arco geográfico que abarca desde la Antártida a California, pasando por Sri Lanka, Indonesia, la selva amazónica o la exótica Europa vista a través de los ojos de un americano, mezcla relatos de insignes viajeros como Lady Montagu, Richard Burton o el inefable Marco Polo, de científicos como Humboldt, de conquistadores como Cabeza de Vaca o Cook con aventureros de otra índole como el pirata Dampier o incluso el esclavo Ouladah Equiano, y con grandes nombres de la literatura universal como Chejov o Mark Twain, si bien no en sus obras mayores.

Inconvenientes tiene dos. El primero, que los libros están en inglés, lo cual puede ser un obstáculo insalvable para algunos. El segundo, que no se trata de obras completas sino de extractos, en torno a 130 páginas, lo cual molestará a los más puristas. Sin embargo pueden ser útiles para un primer contacto, sobre todo para un lector español, que no encontraría con facilidad estas obras, dejando aparte los “Naufragios” de Cabeza de Vaca, que están ampliamente publicados.

En cambio las tapas en cartón de colores variados son muy agradables. Juzguen ustedes mismos en la página www.penguinclassics.co.uk y quizás otro día sigamos hablando de ellos.

“From The Meadows of Gold"
de: Mas'udi
Penguin Classics Books, Great Journeys
Londres, 2007

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Sofía Aragón Sánchez
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